octubre 02, 2006

UN VIAJE SIN FINAL


Tendido entre las sábanas alborotadas de mi cama, que es cada noche más tuya que mía, miro tu cuerpo desnudo fosforecer salpicado con los tonos calientes, que dibujan las pocas llamas de candela que quedaron aún prendidas. Sonríes como regalándome tu paz y extiendes tu brazo para acercarme a ti, y yo te beso con los ojos abiertos para darme cuenta que eres real, y no sólo una estela de sueño acompañando mi malherida soledad de hombre.

En la mesa de noche quedan una botella de vino vacía y dos copas a medio terminar y en las paredes blancas, nuestras sombras aún titilando. Afuera de mi ventana, un mundo ajeno a nuestra realidad. La noche agoniza, y el tiempo se nos va, para no regresar... pero está bien así.

Te levantas con sigilo, y al ponerte la ropa te empiezo a extrañar. -"Hasta mañaana"- me sonríes con pícara complicidad, y mi pecho se da por vencido y se regala a ti con total fidelidad. Para que no te encuentre la luna demasiado sola, mi mirada se me escapa y al cerrar la puerta de mi habitación, te sigue adonde sea que vas.

Y cuando ya te has ido, y el silencio se me vuelve un murmullo del recuerdo de tu voz, conquistado por tu entrega, me prendo un “cigarrillo”, para pensar... para pensar en ti, para pensar en mí. Y me doy cuenta que eres magia, y eres ternura, y eres nueva vida, y me sorprendo con el alma feliz porque va amaneciendo, y aunque me encuentre el primer rayo de luz solar a solas, sin ti, estoy contento, porque cuando oscurezca de nuevo y la tristeza me quiera visitar, se que a mi lado nuevamente estarás... y contigo volveré a reconocer que el amor es una aventura, y la vida tan sólo un viaje que carece de final.

No hay comentarios.: