febrero 25, 2006

Quod vitae sectabor iter ?

A propósito de los cuatro meses… pues sucede que el día de la bandera, ósea ayer, me doy cuenta que poco a poco voy superando los temores plantados a causa de mis “buenos” hábitos y que el médico tenía razón en decirme lo que me dijo en su debido momento.

Por otra parte, hace unos días me encontré con una compañera de la prepa que hacía años no sabía absolutamente nada de ella y por raro que parezca, la encontré profundamente bella, no hablo de lo físico en su totalidad, pues de eso no queda duda; es sólo que después de tanto tiempo sin ver a alguien, al momento de verla nuevamente, la memoria trae aquella impresión con la que se quedó hace ya mucho y trata de ajustarla al momento, pero desde mi muy personal punto de vista, esto puede resultar totalmente desconcertante, sin embargo y para mi buena fortuna, siempre he tenido una buena impresión de esa persona, así que no me costó mas que unos minutos reconstruir la nueva impresión y hacer de ese encuentro una charla muy amena y como es casi una regla de un rencuentro, comenzar a rememorar personas, situaciones, momentos, objetos, sentimientos y demás cosas que en su tiempo compartimos y que nos afectaron o tuvieron incidencia en nuestras existencias, después del obligado protocolo de remejoramiento, llegó la actualidad, y por supuesto vinieron los buenos comentarios y el intercambio de información para estar en contacto.

Ahora voy a seguir “escuchando” a mi compa "descartes"...

MALDICIÓN DE MALINCHE


MALDICIÓN DE MALINCHE

Gabino Palomares



Del mar los vieron llegar

mis hermanos emplumados

eran los hombres barbados

de la profecía esperada.

Se oyó la voz del monarca

de que el Dios había llegado

y les abrimos la puerta

por temor a lo ignorado.

Iban montados en bestias

como demonios del mal

iban con fuego en las manos

y cubiertos de metal.

Sólo el valor de unos cuántos

les opuso resistencia

y al mirar correr la sangre

se llenaron de vergüenza.

Porque los dioses ni comen,

ni gozan con lo robado

y cuando nos dimos cuenta

ya todo estaba acabado.

En ese error entregamos

la grandeza del pasado

y en ese error nos quedamos

trescientos años esclavos.

Se nos quedó el maleficio

de brindar al extranjero

nuestra fe, nuestra cultura

nuestro pan, nuestro dinero.

Y les seguimos cambiando

oro por cuentas de vidrio

y damos nuestra riqueza

por sus espejos con brillo.

Hoy en pleno siglo XX

nos siguen llegando rubios

y les abrimos la casa

y los llamamos amigos.

Pero si llega cansado

un indio de andar la sierra

lo humillamos y lo vemos

como extraño por su tierra.

Tú, hipócrita que te muestras

humilde ante el extranjero

pero te vuelves soberbio

con tus hermanos del pueblo.

¡Oh, Maldición de Malinche!

¡Enfermedad del presente!

¿Cuándo dejarás mi tierra?

¿Cuándo harás libre a mi gente?

febrero 11, 2006

hola a todos...

Pues como no hay plazo que no se cumpla, estoy aquí detrás del monitor y puedo decirles que estoy bien, al menos mucho mejor que antes, ahora tengo otra concepción de las cosas y me considero un poco más allá en la carrera incesante de la vida.

Después de muchas tardes bizarras llenas de ese no sé qué que eriza la existencia, puedo escribir un poco mejor y seguir con este proyecto.

Por ahora no tengo mucho que decir pero espero poder hacerlo en la brevedad posible…

Mientras unas imágenes…