octubre 24, 2006

FIN DE SEMANA SINTÉTICO

Este fin de semana fue una rara mezcla de situaciones que se dieron y que en conjunto forman un pedazo de mi existencia. Sucede que el sábado me pasé la tarde muy a gusto, degustando sabores, sintiendo texturas, disfrutando aromas, aprisionado entre un par de alas. La noche llegó y el frenesí cesó; caminé a casa y dormí.

El domingo muy temprano, por la mañana, abrí los ojos y me preparé para lo que sería toda una odisea. El juego contra Titanes de Guadalajara. A las siete y fracción de la mañana llegué a la cita y no fue sino hasta las nueve con quince que zarpamos con rumbo a la “perla tapatía”. Para variar, el autobús falló y tuvimos que irnos en otro.

Llegamos a Ciudad Guzmán, el desayuno, la caminata por las calles céntricas, la iglesia y sus vitrales. El encuentro con los compañeros de ruta del taller de los Benavides.

Guadalajara, a espaldas de plaza galerías. Llegamos justo a tiempo, a calentar y estirar. El juego, la línea que no hizo mucho, salvo algunas raras excepciones. El golpeo, fuerte y tupido. Lesionados, el “llavero” y varios compañeros averiados por el fuerte golpeo y las “marranadas” de los contrarios y sus “cachirules”. El resultado, una autentica paliza, aprendimos mucho y salimos con premio de consolación. La comida, pizzas de Domino’s y pollo de “el pechugón”. El regreso, accidentes por todas partes, la larga ruta y tu compañía, momentos clave, a partir de ese día siento que algo ha cambiado, serás tú, seré yo, lo ignoro, más puedo esperar que algo resulte.

La llegada, el campo de Piratas, el viaje a “la de los rojos”, la despedida, el deseo negativo hacia tu partida, mi casa, mi cama, a dormir.

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