febrero 27, 2009

CE'LA PEST¡¡¡

Muchas noches he querido retomar mi antiguo estilo al referirme a cuestiones del amor, sentimentales, de mujeres y demás artilugios que tengan que ver con estos temas, sin embargo, caigo siempre en cuenta de algo al quedar impávido, inmóvil y hasta cierto grado petrificado, pues mi mano se niega a deslizarse sobre el papel. Las ideas y consignas rabiosas, enjundiosas que me llevaron a terrenos insospechados de largas prosas arrítmicas, tan llenas de vísceras y sangrantes, cargadas de sentimiento y capaces de arrancar lágrimas de mis ojos al momento de plasmarlas, no quieren hacer presencia, se niegan a mí. Huyen a mi deseo de exorcizar mis demonios internos.

Empiezo a creer que puede haber dos causas, la primera de ellas es que tal vez allá superado al fin el golpe de ese viejo amor que fue y será ya solamente en raras ocasiones una tenue flama en la inmensa obscuridad del camino hacia el final de mis días. La segunda pudiera tratarse de de una falta de interés o como diría Cioran: “Para escribir, hace falta un mínimo de interés por las cosas; es necesario creer aún que las palabras pueden atraparlas o al menos rozarlas; yo ya no tengo ese interés ni esa fe...” dicho sea de paso, si se tratase de la falta de interés, vislumbro entonces a la distancia, una crisis interpersonal de orden Metafísico, o expresado de otra manera, una situación límite está a la puerta.

La falta de sueño por las noches y el exceso del mismo por las mañanas han encendido ya el semáforo en amarillo, necesito, no sé lo qué necesito y comienzo a desesperarme.
“El fondo de la desesperación es la duda sobre uno mismo.”

...

Qué puedo decir acerca de mi repentina ausencia.
En realidad no creo poder hablar gran cosa sobre mi ausentismo de éste su “espacio de confianza”, considero que es justo y necesario decir que el trabajo me absorbe demasiado, las múltiples labores en la oficina se tornan cada vez más demandantes y con el asunto de la campaña por la Gubernatura, las Alcaldías, Diputaciones y todo lo elegible, es sumamente irritante y succiona el poco tiempo que tengo para poder tirar barra.

En cuanto a mi qué hacer filosófico, está un poco rezagado, no he tenido nada de tiempo para poder leer y mucho menos para verter mis ideas en papel o en la maquina.

Sólo tengo tiempo para poder releer entre líneas a Cioran y en raras ocasiones a Unamuno, pues considero el recurrir a él en un verdadero momento de crisis existencial.

febrero 14, 2009

SÓLO POR HOY...

Hoy, es un día extraño, lleno de ese sentimiento, tan lleno de ira, de ganas incontenidas de deseos de pasión desmedida.

El jueves por la tarde me lastimé el tobillo, esguince de primer grado, incapacidad. No obstante opté hoy por salir a la oficina un rato y a la otra oficina otro rato.

Por la mañana me encontraba leyendo los correos que habían llegado, me topé con uno de singular peso y apremio. La mamá de “chava” un amigo, había fallecido y pues la noticia no cayó muy en gracia, de por sí la situación no es muy buena y estas noticias no ayudan en nada. En fin, creo y comienzo a creer que creo demasiado, que me preocupo y/o estreso por cosa que tal vez no lo ameriten.

Debido a los acontecimientos vividos en últimos días y a la actitud de cierta persona, he reflexionado acerca de la vida y de las relaciones interpersonales y de mi espacio personal. Lo cual me hace que me cimbre en mis adentros, pues es la punta de lanza que en otras ocasiones me ha llevado a fulminar dichas situaciones, no lo quiero, quiero encontrar una solución. Me resisto a soltar tu mano, más otra opción no veo.

Por lo que fue, por lo que es y por lo que será. Mira hacía atrás, a la distancia hay un puerto seguro en donde atracar, regresa no zarpes sin mí. Te lo ruego.

febrero 09, 2009

MÁSCARA Vs CABELLERA

Estoy de vuelta. Tras una larga e intensiva lucha conmigo mismo, les tengo noticias, gané. Me impuse de nueva cuenta a mi perversidad y salí avante.

" Igualmente se puede demostrar la eternidad del hombre por la impotencia de la desesperación para destruir al yo, por esa atroz contradicción de la desesperación. Sin eternidad en nosotros mismos, no podríamos desesperar; pero si pudiera destruir al yo, entonces tampoco habría desesperación. Tal es la desesperación, ese mal del yo, la Enfermedad mortal. El desesperado es un enfermo de muerte. Más que en cualquier otro mal, se ataca aquí a la parte más noble del ser; pero el hombre no puede morir por ello. La muerte no es aquí un término interminable del mal, es aquí un término interminable. La muerte misma no puede salvarnos de ese mal, pues aquí el mal con su sufrimiento y... la muerte consisten en no poder morir. Allí se encuentra el estado de desesperación. Y el desesperado podrá esforzase, a no dudar de ello, podrá esforzarse en lograr perder su yo, y esto sobre todo es cierto en la desesperación que se ignora, y en perderlo de tal modo que ni se vean sus trazas: la eternidad, a pesar de todo pondrá a luz la desesperación de su estado y le clavará a su yo: así el suplicio continua siendo siempre no poder desprenderse de sí mismo, y entonces el hombre descubre toda la ilusión que había en su creencia de haberse desprendido de su yo. ¿Y por qué asombrarse de este rigor?, puesto que ese yo, nuestro haber, nuestro ser, es la suprema concesión infinita de la Eternidad al hombre y su garantía. "

(fragmento de: "LA ENFERMEDAD MORTAL")

Vale pues, que Kierkegaard siempre tiene razón. En mis momentos de Desesperación me enfermo de muerte, sin embargo, tras salir de ellos, la cura viene inmersa en el renacer después de cada episodio de Desesperación.

Ahora que si se trata de asuntos del AMOR, siempre tiene una atinada perspectiva, y sigo sosteniendo que este asunto del Eros, fue, es y seguirá siendo lo mismo, lo de hace mil años, es ahora lo actual y lo venidero será en su momento actualidad, sin perder poder y por ende, seguir siendo pauta para “explicar” cuestiones de este tipo.


" Imaginemos a un pajarillo: por ejemplo, una golondrina enamorada de una jovencita. La golondrina podría, por lo tanto, conocer a la muchacha (por ser diferente a todas las demás), pero la joven no podría distinguir a la golondrina entre cien mil. Imaginad su tormento cuando, a su retorno en primavera, ella dijera: Soy yo, y la joven le respondiera: No puedo reconocerte. En efecto, la golondrina carece de individualidad. De ahí se deduce que la individualidad es el presupuesto básico para amar, la diferencia de la distinción. De ahí se deduce también que la mayoría no puede amar de veras, porque la diferencia de sus propias individualidades es demasiado insignificante. Cuanto mayor es la diferencia, mayor es la individualidad, mayores son los caracteres distintivos y mayores los rasgos reconocibles. En este profundo sentido se comprende el significado del hebreo: conocer a su mujer, refiriéndose a la unión matrimonial; pero cobra un sentido más profundo en lo que se refiere al alma, al carácter distintivo de la individualidad. "

(fragmento de: "DIARIO DE UN SEDUCTOR")

Y si por navegar en las ricas honduras de la Desesperación llegasemos a cuestionar nuestras más profundas raices; Kierkegaard nos ofrece una puerta por la cual salir huyendo:

" Si no existiera una conciencia eterna en el hombre, si como fundamento de todas las cosas se encontrase sólo una fuerza salvaje y desenfrenada que retorciéndose en oscuras pasiones generase todo, tanto lo grandioso como lo insignificante, si una abismo sin fondo, imposible de colmar, se ocultase detrás de todo, ¿qué otra cosa podría ser la existencia sino deseperación? Y si así fuera, si no existiera un vínculo sagrado que mantuviera la unión de la humanidad, si las generaciones se sucediesen unas a otras del mismo modo que renueva el bosque sus hojas, si una generación continuase a la otra del mismo modo que de árbol a árbol continúa un pájaro el canto de otro, si las generaciones pasaran por este mundo como las naves pasan por el mar, como el huracán atraviesa el desierto: actos inconscientes y estériles; si un eterno olvido siempre voraz hiciese presa en todo y no existiese un poder capaz de arrancarle el botín, ¡cuán vacía y desconsolada no sería la existencia!. "

(fragmento de: "TEMOR Y TEMBLOR")


febrero 04, 2009

Los Viernes a las Cuatro

CUANTAS VECES NOS HA PASADO ESTO, CUANTAS VECES HEMOS QUEDADO A TAN SOLO UNA PALABRA DE SABER SI LA OTRA PERSONA ESTÁ INTERESADA EN SABER ALGO DE NOSOTROS, EN RECOMENZAR EL INFINITO A NUESTRO LADO...

UNA NOCHE MÁS...


Hoy al terminar la jornada, después de un guarache del Chupiri, tomé un disco y lo escuché. “finding it so hard” el título del track. Cruel melancólica y apegada a como me siento.

Yo no quería pero lo hice de nuevo. Recurrí a mi “baúl” de libros y tomé uno; ESE MALDITO YO, obra de E. M. Cioran que en tantas noches de desgarrador sentimiento y litros de lágrimas me hizo tanta compañía al borde del suicidio. Encontrando regazo para acurrucarme en sus álgidas paginas me he topado con sentimientos enterrados, hitos del pasado que se suponía estaban bajo llave y tres metros bajo tierra, más no es así. Mi fragilidad resurgió de las más ondas entrañas de la noche y la desesperación me hizo presa, lágrimas y sollozos casi incontrolables. Gritos de odio a mi mismo, reproches por tan tremenda facilidad para dejarme abordar por el pasado, por lo que no debió ser y fue.

Cioran tiene, como lo describo yo, un sazón especial, es un fuerte pilar en mi idea de vivir el sufrimiento, de meterse en él para poder conocer los límites propios y poder hacer temblar todo lo que somos. Acto seguido, salir de dicha experiencia y asirnos nuevamente a algo “seguro”, que resista o contenga los embates.

Por otra parte, según él, había pocas cosas más terribles que haber nacido y esa idea era tan desmesurada. Después de todo “Nos echan a este mundo, y nadie nos ha preguntado si queríamos nacer, nadie nos previene de lo que nos espera, ingenuo pensamiento el que dice que la vida es un don, algo que deberíamos agradecer cada día que nos despertamos y cada día que pasamos y seguimos aquí...