octubre 15, 2006

EL BICHO RARO

En días como hoy, suelo llevar varios minutos de mi existencia a la reflexión. No siempre salgo bien librado, más no puedo quejarme, pues he llegado a conclusiones que hasta el momento me han sido satisfactorias. Por citar un ejemplo, pensaba en los beneficios de escribir “a corazón abierto”, pues considero es un arma de doble filo y muchas de las veces, termina funcionando por uno solo, el del daño. Esta cuestión salta al camino después de que se me cuestionara acerca del contenido colérico y visceral. Lo cual me dejó pensando por un momento; después caí en cuenta del peso que pueden tener.

Las personas tendemos a elaborar jerarquías y de pronto me encuentro en la línea de tiro, pues se me ha colocado en una jerarquía por escribir lo que pienso y siento, lo cual puede traer como consecuencia, que la gente se fije en uno como un mero bicho raro, como un loco que escribe algo con coherencia, de pronto se le admira. Pero después nadie quiere pasar su tiempo con la persona, sólo con su obra, lo cual es frustrante, quita en verdad la posibilidad de conocer a la persona detrás de tan torcida escritura.

Espero que laguen se haya planteado esta cuestión también, de lo contrario será aún más frustrante esta carrera contra la nada.

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