octubre 17, 2006

UN DÍA MÁS...



Lunes 16 de Octubre de 2006; 00:11 horas.

…como cada noche, la costumbre nos hace presas. El protocolo de diario, ni más ni menos, salvo una que otra noticia repentina. El tema de conversación se agota día a día, caemos en lo ordinario, la chispa se ha ido apagando, me conoces y yo no a ti, quedo vulnerable ante tus palabras y tus ganas de desentrañar los más obscuros rincones de mí.

Desde mi butaca de espectador observo atento el danzar de los actores de la vida, con singular apremio caigo en cuenta de lo absurdo que es tratar de actuar en una obra que no me pertenece. Desconozco los diálogos, los personajes y la vestimenta acorde a cada acto de la misma. Tu obra no es, por mucho, lo que yo quiero que sea y eso me lastima de sobre manera, quisiera ser ese actor que es capaz de penetrar tras bambalinas y ceñirme de tu cintura aventurera, mirar por horas el parsimonioso vaivén de tus cabellos agitados por el viento de Otoño.

…la función ha terminado, las luces se encienden, los aplausos cesan, el telón es cerrado de una vez por todas y así se quedará para la eternidad, puesto que tú no eres fuego y yo no seré esa brasa que habrás de revivir, te dejo. Te libero de toda culpa, quedas absuelta, sigue el camino, piérdete en el bosque del olvido y la melancolía, que de mi árbol, frutos ya no tendrás.

Los castillos que en tu nombre he levantado caerán uno a uno conforme el tiempo los castigue, las hojas que llené de tinta con el fuego arderán, los sueños serán contados para no hacerse realidad, las páginas del libro rojo no versarán más sobre ti, ese capítulo será uno más de muchos que han culminado de manera similar.

Ahora debo como siempre, dar media vuelta y recorrer el largo camino a casa, en donde he dejado mi caparazón, pues el mundo de “afuera” resulta un tanto irreal e inseguro.

Si algún día comprendes el mensaje contenido aquí, no me cuestiones, no te daré respuestas, tan sólo miraré al suelo y frunciré una ceja en señal de total abatimiento, tus preguntas serían análogas a una victima que es interrogada por su victimario.

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