octubre 24, 2006

EXTRA, EXTRA ¡¡¡¡¡

Al parecer el largo recorrido sirvió para romper ataduras, liberar culpas y expiar penas. Tan sólo unas horas bastaron para generar lo que se puede vislumbrar como un cambio en la concepción de este binomio terrenal.

Con cada kilómetro recorrido el pasado fue quedando atrás y el nuevo cielo se abrió paso a través de esas áridas llanuras. Las estepas antes abandonadas cobraron un nuevo sentido y pasaron a formar parte importante en esta mi existencia mundana.

Aquel cielo nuevo dejaba ver entre sus nubes una extraña luz, tus ojos, el brillo y la vida que irradiaban iluminaron mi senda y eclipsaron mi sentir. Abrí los ojos, extendí los brazos y mire directo al sol, algo nuevo estaba pasando, una reinvención, un nuevo camino estaba siendo trazado. Mis penas habían sido eliminadas, el cielo me mostró el camino y decidí andarlo.

Ahora espero no haber errado y poder corregir de ser así.

Espero poder estar entre tus alas una vez más, sentir la textura de tu piel de durazno, degustar esos sabores y deleitarme con tu aroma mientras mojas todo lo que es para ti. Sentir nuestros corazones agitados y palpitantes latiendo al unísono en señal de glorias nuevas y explosiones cósmicas internas.

Sintiendo el viento cadencioso y los murmullos al oído clamando por los momentos que no hemos de olvidar y que sin duda marcarán de por vida nuestros caminos. Sólo espero poder respirar junto a ti la siguiente vez que abras los ojos.

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