octubre 08, 2006

DERROTA...

Al borde de las lágrimas me encuentra hoy el destino, con los brazos bajos, hincado, la consciencia rota y el espíritu deshecho. Es que simplemente no entiendo, no puedo encontrar razones cuando me cuestiono acerca de mí mismo, las preguntas fluyen y no puedo responderlas, el cerebro se cocina a fuego lento y la paciencia se agota. ¿Por qué soy así? A veces al abrir los ojos por la mañana, espero que sea una persona diferente, no físicamente, sino en otros aspectos. De pronto haber roto las ataduras y ser liberado de la prisión de ilusiones en la que he sido recluido ya hace muchos años.

De pronto el hastío que me atormenta en estos días comienza a tomar forma, en un abrir y cerrar de ojos, lo que parece pasajero a dado la vuelta para darme una trompada y convertirse en una crisis existencial. Sí, de esas de las que pocas veces se sale victorioso sin un rasguño. El precio de la lucha tras bambalinas es alto y no creo poder costearlo, al menos no en este momento.

Por otra parte, el síndrome Soriano me hace presa y detesto que eso suceda, no lo puedo controlar… mejor me voy a dormir.

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