Mientras me ceno unos dogos, los cuales constan de una salchicha directa del paquete, cruda por llamarle de algún modo, el pan y una embarrada de catsup, que jodida cena, pero no había más, escucho a The Cure y recuerdo muchas cosas que de pronto me llenan de sentimientos raros.
Muchas cosas suceden en esta tan trillada y atormentada vida, no obstante, hay algunas que parecen valer la pena, al menor por un tiempo hasta que miras atrás y piensas en lo simples que son. Dentro de este tema me pasé varios minutos haciendo memoria y recordaba cuando decidí cerrar “CHEMOLANDÍA” y abrir mejor un blog; nunca imaginé que fuera a tener tanto peso y fuera una buena manera de soltar algunas cosas, aparte pues, el hecho de lograr de manera inconsciente un poco de trascendencia.
Quizá al crear un blog trataba, sin darme cuenta, de contar algo de mi vida... En mi vida, por mucho tiempo, las historias de amor no fueron ni la mitad de las historias de desamor...
Hoy toca recordar e imaginar cómo las cosas son, cómo las cosas podrían haber sido o podrían ser...
El día de hoy debato conmigo mismo, tras bambalinas, el sentido y rumbo de mi vida, no sé si continuar con esto, a final de cuentas ya me siento mucho mejor y la ansiedad sólo vuelve cuando se lo permito o me agarra en curva. También me cuestiono acerca del supuesto amor que tengo, más no sé si fiar o seguir como hasta ahora, yendo por el camino sin pisarlo de verdad.
Son tantas y tantas cosas las que quiero decir, que no encuentro el ritmo ni el momento para hacerlo. Quiero poder sentirme liberado, lleno de esa chispa que se ha apagado con el paso de los años y de las desventuras. En este preciso momento me siento al borde de algo, del suicidio tal vez?, del éxito? O del amor, no lo sé, sólo puedo esperar a que sea la hora indicada…
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