agosto 08, 2006

SOLEDAD...

A solas, mientras camino, los pensamientos suelen ser terribles, como añoro aquellos días, la risa, la pasión desmedida, el agua, el mar, la montaña, el vivir una vida libre, despreocupada, tan llena de dicha, sin tener que pasar por el filtro de la angustia y la desesperación, maldición, a veces me pregunto si alguna vez podré regresar ala fuente y poder terminar mis días con esa calma. Ahora siento que los días corren uno tras otro, al igual que los minutos, lentos, parsimoniosos y decadentes, será que he dejado ir la oportunidad de gozar la vida sin preocupaciones y que ahora, después de haber mordido la manzana de la discordia, me toque sufrir la mundanidad al cien por ciento. A veces lo llego a pensar y me siento un tanto ansioso, con temor a lo que aún no llega, tirando de la cuerda a cada día.



Siento que el día final está cada vez más cerca y como he dicho, parece que he caído en una especie de letargo y que ahora solo me toca esperar, arrodillado, con los brazos vencidos, cabizbajo, mientras una gota escurre por mi mejilla y mi mente estructura arquetipos indomables acerca de lo que pudo ser y se detiene frente a un solo pensamiento… el final, ¿estará cerca?


Alguna vez alguien me cuestionó acerca de mi postura hacia la vida; me preguntó a quema ropa si me consideraba un triunfador o un perdedor, hablando acerca de logros y metas en la vida, obviamente no contesté con algo que él esperara, simplemente le dije que ni triunfador ni vencido, sino una especie de híbrido, alguien que tras haber conseguido grandes hazañas, también había probado el puño de la vida y que por ende no podría situarse en un cierto lugar de la balanza… que con el paso de la vida y tras un profundo reflexionar acerca de los sucesos más trillados e infortunados, aún no me había quitado la vida y que el reflexionar sobre os momentos de felicidad no era necesario, pues esos no requieren de mayor explicación, son dogmas de la vida…

Ahora bien, enfaticé en este profundo sentir que me atormentaba y que no me dejaba ni dormir, que tras cerrar los ojos por un instante, venían a mí las más terribles sensaciones… sin embargo me comentaba que me hacía falta probar las mieles del amor. Tonto le llamé, pues ignoraba que so lo he experimentado muchas veces, y la carne también era algo que conocía a un alto grado, pero lo que no pude evadir, fue el tratar de desenmarañar el por qué después de un momento tan “mágico”, venía un maldito sentimiento de culpa, de desprecio, de no querer estar más con la persona y salir huyendo de ahí lo más pronto posible… creo que nunca voy a poder liberarme, es acaso la culpa que he de purgar, o simplemente, mientras caigo en el pozo profundo no he podido reaccionar y sujetarme de una de las tantas superficies y poder quedarme ahí, oscilando sin seguir cayendo, no no no, no puede ser, me descubre entonces la duda acerca de si tendré entonces la capacidad de reaccionar durante ésta, mi caída y poder sujetarme de algo para no seguir cayendo. Creo entonces haber descubierto a prueba y error, el verdadero trasfondo de los sistemas a los que estoy sujeto, todos son a final de cuentas, una mera explicación de la caída de cada individuo y de cómo, si es que logró sujetarse para no seguir cayendo…


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