julio 23, 2006

SÏ, A TI...

Hace unos días te he encontrado de la mano de alguien más, no me sorprende en lo más mínimo, sin embargo me asusta y avasalla el hecho de sentirme así, tan lleno de emociones tan diversas como los mismos pensamientos. Ignorando el hecho de que por alguna extraña razón quisiera verte debajo de las llantas de un automotor y de que tus entrañas fueran exhibidas en lo alto de la catedral, nada puede hasta este momento quitarme esa imagen tuya que forjaste a base de cariños y gemidos que sucumbían con la llegada de un nuevo amanecer.

Aunque a veces mis últimos minutos de vigilia suelen ir contigo, no dejo de pensar en mí, en todo lo que pudo pasar si tan solo te hubieses tomado la simple molestia de mirarme a los ojos aquel día y no decir nada, simplemente encajar la brillante hoja metálica de doble filo que a atravesado mi ingenuo corazón. Ahora bien, no pudo negar el hecho de que en ocasiones quisiera correr detrás de ti y pedirte que cierres los ojos y extiendas los brazos cual alas y me dejes ser el viento que estremezca tu jodida existencia, que me dejes llevarte a horizontes lejanos donde nadie pueda vernos, a lugares soñados por la más vil de las mentes humanas y profanar tus labios una sola vez más, que me permitas sentir esa presión de entre tus piernas, que tan solo me dejes sentir tu húmedo sexo y poder degustar el jugo de tu dulce durazno ardiente.

Pero en fin, creo que no puedo más que articular palabras… y sí, sí es para ti…

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