Imaginen una escena: el olor a tierra mojada inunda el ambiente y penetra por los poros de la nariz, una luz tenue iluminando la habitación, una fotografía que muestra a un hombre y a una mujer abrazados, sus miradas proyectan una inefable sensación de plenitud. En el fondo suena Falling de Lacuna Coil, por Dios, que escena. De pronto una lagrima cae sobre la foto y la cascada de emociones se desborda trayendo consigo miles de imágenes de lo que es, fue y será la vida sin esa persona… odio decirlo, has logrado nuevamente en mi tu cometido.
Repaso una y otra vez la situación, qué pudo haber salido mal. Demonios, ese ruido en mi cabeza no cesa, una aspirina más y mi hígado estallará. ¿Dormir? No creo, las pesadillas me despiertan; por un momento quisiera no estar en esta situación y poder conciliar el sueño como en aquellos días cuando la tranquilidad y la parsimonia reinaban en mi vida.
Ahora comienza a llover a cantaros, imagino que es tu ira que ha venido a caer sobre todo lo que me rodea y humedece hasta los más recónditos lugares.
Me has hecho presa y tengo que reconocerlo, hoy no es un buen día para sentirme así… mejor lucharé contra las pesadillas.
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