mayo 03, 2006

ENSIMISMAMIENTO...

No sabría decirte cuando, qué momento del día es que te extraño más y me siento más inútil, menos fuerte, más solo, decepcionado y sin vida. A veces siento que no tengo noción de mi existencia solo estoy aquí y no me hallo conmigo mismo y las horas pasan, pasan los días, semanas, meses y años, y llego a la conclusión de que la vida es un rompecabezas que solo puede servir de algo si tienes todas las piezas a mano para armar y desarmar y talvez por eso es esta insatisfacción.


Cuando el día amanece prefiero quedarme dormido, fingiendo que duermo y no tengo obligaciones con este mundo demasiado real que me agobia y no me llena. Me hace falta la magia y el hechizo de pasar volando, todo el día de tu mano. Para qué despertar si te extraño, si no estás, si es tan monótono todo, si es tan frío, si es otro día igual que ayer, igual que ayer y anteayer.

Y resulta que no tengo el valor suficiente de levantarme y hacerme un té y no tengo la chispa para hacer de este día algo espontáneo.

A veces tendido en mi cama pienso que si estuvieras no haría falta más estímulo que verte y yo pegaría un salto a hacerte panes con mantequilla y miel. Quizás de camino a la cocina tararearía una canción. No sería necesario más que un "buenos días, mi amor" y tendría ganas de buscar dos paños, bañarme con alegría y alistar el ánimo para enfrentar la mañana. No sería necesario más que un beso para salir a la rutina de la sociedad y regresar a casa aún con la esperanza de que el mundo no deja de mejorar.

Pero abro los ojos y no estás y aunque me resista a aceptar un nuevo día lejos de ti, en mis manos despierta el tacto y caminan mis pies a lugares que no he escogido y a pesar de todo trato de hacer lo que mi ánimo me permite, que a veces es poco y a veces es menos poco.

Y es que me siento rebelde y me siento soñador, y sobre todo, y es lo que más odio, a veces llego a sentirme lejano, no digamos solo de ti, sino también de mi mismo.

Cuando el día acaba y todo es oscuro y los pensamientos son fugaces como parpadeos, quisiera buscarte, refugiarme en ti. Mas mis ansias insisten en darse por derrotadas, y me cubre esa sensación de impotencia, que me hace ver este mundo demasiado real, demasiado fijo e incambiable, hasta el punto de sentir que no pertenezco, que no soy humano, no de este planeta aburrido, no de esta humanidad deshonesta. No, no, no, y no.

Y rendido, una vez más, me resigno, aún sin comprender el por qué de las cosas, a caer dormido sin vivir aún tantas cosas que yo quiero, sin sentirme para nada: satisfecho, y sintiendo que hay irremplazables pequeñeces que en días como este, simplemente necesito.

No hay comentarios.: