mayo 26, 2006

ANALOGÍA SOBRE LOS SIETE MESES...

Veo las nubes esparcidas en el cielo. Y veo llover, granizar, nevar. Me doy cuenta que hace frío, que las sombras se oscurecen conforme avanzan las horas. Veo la gente caminar silenciosa por todas partes. Cada uno pensando en sus propios problemas. Uno que otro filosofando quizás.

Los autos pasan veloces a mi lado, escucho el sonido de los motores, de las llantas sobre el asfalto mojado. Se hace oscuro como de repente, mientras pienso. Y se bien que ya ha atardecido aunque no lo he visto. Y miro arriba mío la luna brillar.

Mañana vuelve a salir el sol. Y después del invierno llegará algún día el verano. Es como si la vida fuera cíclica. Todo se puede ver y comprender. Que fácil es ser objetivo. Sin ninguna pregunta, tan solo afirmaciones. Esto es así. Ayer era así. Y mañana va a ser así. El cielo está encima de nosotros. El viento sopla. Respiras aire. Etcétera.


Es como decir que está lloviendo, uno sabe, claro está, que dejará de llover alguna vez. Dentro de un par de horas. Así que no le damos mayor importancia. Pero como sería si existiera alguien que nunca hubiese visto llover en toda su vida, que no supiera lo que es. Yo sÉ que puede sonar ilógico. Pero solo imagina como sería. Alguien que no conoce la lluvia, parado solitario en media calle mientras gotas de agua caen del cielo sin ninguna explicación.

Imagina una calle desierta, y un hombrecito en medio de ella. Solo. ¿Que sentiría? ¿Que pensaría? ¿Se imaginaría acaso que algo hubiese pasado en el cielo, que el orden lógico en que vivía se hubiese roto? Nunca habría visto algo así, ahora lo estaría experimentando mientras se moja todo. Talvez estaría un poco asustado. ¿Será malo esto? -pensaría. ¿Se refugiaría o saltaría bajo la lluvia?



Talvez no lo podría comprender, aunque lo estuviese viviendo tan concreto como las gotas rebotando contra su piel. Talvez se imaginaría que a partir de ese momento que se desbordaron los mares en el cielo, sería así para siempre. Que la lluvia no pararía jamás. ¿Cuantas cosas se le podrían ocurrir, no crees?

¿Se maravillaría acaso de existir, para experimentar más milagros así. Se sentiría feliz de no saber todo, de reconocer que hay demasiadas cosas por descubrir?

Pero su felicidad momentánea desaparecería al darse cuenta que después de todo está solo, parado en media calle, mientras gotas de lluvia caen del cielo sin ninguna explicación. ¿Con quién lo iría a compartir? ¿Quién guardará junto a él, ese instante maravilloso?


Y después, tendría el corazón tan triste que sus lágrimas se confundirían con la lluvia. Pensaría acaso que talvez en el cielo alguien también llora.

No hay comentarios.: