noviembre 02, 2006

A RAÍZ DE UNA CHARLA CON "EL PILIWIJE"

A veces me paso una buena cantidad de minutos frente al cristal ionizado y no puedo hilar ni un apalabra, para ser más explícito, el comienzo de lo que a continuación es un “tejido” unas veces con sentido y otras tantas carentes de él.

Para los que se han tomado la molestia de leer este su blog de confianza, saben que no he hecho alusión a mi año y un mes que he estrenado obra en mi nuevo teatro. No se me olvido ni mucho menos, es sólo que atravesé una etapa media rara, donde los días comenzaron a fluir corridos, a paso veloz y llenos de alguna ocupación, así que ni tiempo de “volar” hacia mí mismo. Como ya es sabido por algunos de mis conocidos, me he tomado un tiempo para formar parte del equipo de fútbol americano que se llama Piratas, entreno a las dos líneas de golpeo, ofensiva y defensiva, se supone que deben funcionar a la perfección pero a veces no salen las cosas como quisiéramos, en fin, no hablemos de esas cuestiones.

Tomemos el tema de conversación de una charla que sostuve con un buen amigo, Ramón, el cual, según eso, es Filósofo. El me hacía una crítica hacia mis escritos y sobre todo a los del blog, que de pronto son los más accesibles. Me comentaba acerca de una evolución en el lenguaje, un avance con respecto a aquellos días en los que a la sombra de las tentaciones mundanas, mi perspectiva de la vida era otra, diametralmente opuesta a lo que hoy día soy. Aunque sigo siendo yo, sólo me he actualizado, no lo digo en el sentido común, sino a nivel ontológico, puesto que es una cualidad propia de mi limitado ser sujeto al tiempo y al espacio mundano. Dentro de esta actualización como ser, también la razón ha ido avanzando, tal vez no como lo quisiera, ¿pero quién puede conducir, encaminar, guiar y/o llevarla hacia donde uno quisiera? Yo que más quisiera que poder encaminarla hacia la Matemática, la Física Nuclear, la Mecánica Cuántica o a la “simple” comprensión de la ecuación de la vida. Más no puedo, si acaso podré mirar y captar sólo lo necesario para poder entender este tan trillado mundo.

Sin lugar a dudas, el poder evolucionar es como diría Don Quijote de la Mancha, “…señal de que vamos andando”, lo cual me demuestra a nivel ideológico que no estoy tan errado como en ocasiones creo estarlo y que al menos estoy cumpliendo a nivel básico con el propósito de mi existencia. Ahora sólo falta actualizarme en los demás sentidos. Creo que yo solo me entiendo. Por ahora me iré a dormir…

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