noviembre 04, 2006

FRAGMENTOS DEL LIBRO ROJO

“En estás noches de frío, de duro cierzo invernal, llegan hasta el cuarto mío las quejas del arrabal. Arráncame la vida con el último beso de amor, arráncala y toma mi corazón. Y si acaso te hiere el dolor a de ser de no verme porque al fin tus ojos me los llevo yo…”

Chabela Vargas – arráncame la vida (fragmento)

“…En momentos como este, justo al borde de la locura, la incertidumbre me hace presa y no sé si subirme a la bicicleta e irme lejos o quedarme a afrontar estos malditos pensamientos que de pronto parecen arrancarme las ganas de vivir. Lo peor del caso es que no conozco el motivo de este tan infame sentir. Tal vez no quiera pensar en torno tuyo, tal vez desee amarrar mi existencia a la tuya, maldición, en verdad que esto me vuelve loco y no me deja hilar ideas con claridad.

Hace no mucho que te vi, estuve contigo, compartí un bello atardecer y fuimos victimas de nuestra carnalidad. Sin embargo al descubrirme entre tus brazos en la larga ataraxia de un post orgasmo, me siento raro, extraño, inquieto, lleno de pensamientos que lejos de estar acorde con la situación, me recuerdan los días más obscuros de mi pasado. No te odio ni te culpo por eso, considero que eso es mío y de nadie más. Son sentimientos personales, tan íntimos como mi sangre…”

“Es por eso que al borde de la locura corro en busca de mi libro, el libro donde las penas son exorcizadas y transformadas en signos, letras. El ritmo rabioso con el que muevo el bolígrafo parece posesión diabólica y me inunda un miedo desmedido de encontrarme de pronto como un tercero que ni puede más que ver el espectáculo desde su asiento. No quiero ser yo, no quiero vivir esta culpa, no quiero amarte y sentirme así. Toma un cochillo y arráncame la vida, llévatela lejos y danza sobre mi tumba, te obsequio mis dos libros, mi vida hecha papel. Después de todo en ella estás inscrita…”

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