noviembre 20, 2006

DEUS DEUS ¡¡¡

Después de varios días de ausencia he decidido postear algo. La verdad no había tenido ganas de hacerlo, sucesos hay, más ese ímpetu ha desaparecido, espero que sea temporal, deseo tener de vuelta esas infranqueables ganas de presionar de manera obsesiva las teclas e hilar ideas.

Creo, y comienzo a creer con bastante fuerza, que me encuentro como el robot del comercial de “Juan el caminador” que dice: -yo puedo trascender si sigo funcionando…-

Joder, que palabras tan llenas de fatalidad, pues después dice que quisiera ser humano para saber lo qué es sentir, iluso, no sabe lo que le espera, una existencia llena de fatalidades, sujeto a un espacio y a la temporalidad justiciera, inmerso en esta gran ironía desquiciante, viviendo al borde de la nada, sentado a la mesa con la muerte de compañera, con la existencia al acecho de un momento de flaqueza para hacernos saber humanos, débiles, banales, mundanos, a fin de cuentas humanos.

Después dice que nosotros con un solo acto podemos alcanzar la trascendencia, claro, existir y actualizarnos. Odio decirlo, pero no hay explicación más coherente, no es conformismo intelectual, es solamente como diría el “Ticher” Descartes, mi moral temporal, mi isla temporal para poder zarpar a comarcas lejanas. Al menos es un riesgo que he decidido tomar.

Ahora releo lo que he escrito y me autocritico, carece de coherencia, sintaxis y de estilo, más no importa, eso refleja mi situación, mi absurda condición, la cual Cioran defendía así: "escribir es defender la soledad en que se está" o como diría Neto Asfixias: “exponer es exponerse”. Odio tener que llegar a esta conclusión, necesito encontrar una salida a este callejón, necesito sortear las trampas, ayúdame vida, tiende tu velo y derrama mis anhelos, acaba ya con este loco sentir, tiñe mis días de fatal melancolía al ver mi cuerpo encajonado y bajo llave…

1 comentario:

Ernesto dijo...

un comentario a tu anterior post. Durante el viaje al coloquio de Sinaloa, Azrael se aventò sin premeditación directamente con mauricio beuchot y le conto la situacion. Al dia siguiente el maestro que impartia el curso donde yo estuve comentó que seria enviada una declaración.