abril 02, 2006

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Las sabanas rodeaban tu cuerpo envolviéndolo mientras dormías el sueño póstumo del clímax, tus piernas cerradas ya, albergaban el fruto de las maravillas, ardiente aún y destilando el jugo de la fantasía. Tus brazos no atrapaban a mi cuerpo ansioso de sentirte nuevamente mía. El sudor servía de espejo de nuestras acciones, el colchón húmedo de sostén de nuestra algarabía y tu carne de trémulo testigo.

El corazón, más no podía, me encontraba inmerso en el ajetreo de mi largo espasmo que me recordaba la belleza de las estrellas y la finitud de las mariposas. La erupción inminente de mi cuerpo te llenaba toda de mí, de mis mil y un años de locura, ardiente, tomabas como tuya la fuerza de mi envergadura, no pronunciabas palabra alguna, solamente gemías, enterrabas cual salvaje bestia las garras en mi espalda empapada de aquel espejo.

Sola tú te consumías, fogosa fiera prolongadora de inalcanzables instantes. Una vez más me hacías tuyo, una vez más sin apuro, sin rabia, sin compasión, ahogabas tus deseos en mi carne, comías de mí lo que es tuyo.

Al fin llegó la paz, por fin abriste los ojos, por fin sacaste las garras de mis adentros, devoraste el bocado digno de nuevas vidas, ahora el tiempo se detiene, las almas regresan a sus cuerpos, el olimpo termina su rugido, la existencia llega a su máxima expresión. La luna da su aprobación a lo vivido mientras el vacío invade mis sentidos, la mariposa del hastío emprende vuelo y se posa en mi ombligo, no puedo dejar de sentirlo, es mi naturaleza el tenerte en el olvido y sólo mía en un suspiro. Tu mirada se clava en mí mientras procuro mi mejor esfuerzo por no ser presa de Morfeo distendido,

Odio este momento, clavas tu mirada como buscando respuestas, yo solo siento que no las hay, y si las buscas no están en mí, sino entre tus piernas.

De pronto el viento entró incesante por la ventana logrando hacer luz mi fantasía, no eras tú, no era yo, era solo una de esas noches de verano cuando mi alma clama por ti, dulce amiga amante mía.

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