octubre 07, 2009

SÍ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

LO QUE NO DEBE SUCEDER A DIARIO, SUCEDIÓ HOY

Octubre 27 de 2006

En estas noches de frío, tu olvido me hace testigo de sombras lejanas, derrotadas, llenas de tristeza, destrozadas, iracundas, como esperando un suspiro, el último suspiro antes de la muerte.

Esas sombras danzan a mi alrededor con cadencia desquiciante, coléricas golpean el suelo de madera, zapatean al compás de un danzón. Cada que pueden me hacen participe de tristezas y sombras lejanas. Sucumben ante mi infranqueable condición de derrota, abordan el velero y zarpan lejos de mí.

A lo lejos, en el horizonte reconozco una silueta tenue, como fantasmagórica, camina hacia mis aposentos. Derrumba la puerta y se posiciona a un lado de mi cama, toma mi mano, se inclina hacia mí y me susurra unas palabras al oído.

–te odio, nunca antes había sentido tanto odio hacia una persona como hacia ti. Más no te culpo, es el precio a pagar por amarme tanto y al final desenmascarar mi amargura-.

Acto seguido, me levanto estrepitosamente y con el gran muelle de acero queriendo salir huyendo de mi triste pecho, el sudor frío me recuerda aquellas noches de ansiedad desmedida, el no poder hilar ideas por unos minutos me pone en situación de medicarme para apaciguar los corceles de mi existencia. Esas palabras no cesan, son como un infinito bucle en mi mente, quisiera reventarla a golpes, expulsarlas de mi sentir.

Tomo un cuchillo y comienzo a quitarme la piel de entre los ojos, no quiero tener nada que empañe mi visión cuando te vea. Después sigue el pecho, entierro profundo y consigo llegar al marchito corazón. Ahí, en el rincón más profundo se encuentra tatuado tu maldito nombre. Raspo con todas mis fuerzas restantes y no consigo borrarlo.

Mi condena es vivir este vacío y esta torturante agonía, tejer mi existencia a la tuya y no poder encontrar el hilo central para cortarlo y destetarme así de tu prisión.

Algunas veces como hoy, caigo en esta incoherencia al querer escribir líneas para exorcizar mis demonios interiores. Hoy no es la excepción, sin embargo creo que algún día podré hacerlo y al fin seré liberado tanta mierda contenida en este gran inodoro que es la vida. La ira me invade y no encuentro mejor manera que escribir compulsivamente, a paso endemoniado, las letras van saliendo de mi endemoniado cerebro, mis manos no pueden presionar las teclas a la velocidad que son hiladas y me desespero, esta sensación es casi idéntica la experimentada por una existencia atormentada por las angustias del diario devenir.

Al borde de las lágrimas veo pasar en mi mente las imágenes de todo lo que me rodea, siento que no puedo ir al mismo paso, se me escapa de entre los dedos, los planes concebidos y jamás ejecutados me hacen acto de persecución y no me dejan en paz. Las personas que siguen mi existencia de cerca y por ende les toca algo de mi pastel, se atormentan con mis actos, no puedo evitarlo, es casi una patología.

Hoy por ejemplo, una maestra se tomó la libertad de cambiar abruptamente un examen para el martes, me sentí frustrado, capi en cuenta una vez más de mi inútil presencia en este circo tenebroso. Toda una tarde sin nada que hacer, o mejor dicho, no emplear mi tiempo en nada me llena de una sensación de ansiedad y carcome mis ganas de vivir. Ese tiempo quisiera poder no sentirme así.

Ahora me detengo y leo lo que he escrito y me doy cuenta de la carencia de coherencia, sintaxis y demás cuestiones de estilo y forma, pero qué importa, es lo que sale y me revienta las viseras, no lo puedo corregir, tendría que domar al potro salvaje y arrancarle la libertad, sería cometer suicidio volitivo. Es arrancarle las alas a un ave y dejarla a merced de las hormigas en el suelo. Maldita sea mil veces esta tan trillada vida, tan llena de todo y carente de sentido. No puedo desviar mi mente. Imagínenme, sentado tras el cristal ionizado, poseído por el deseo de ser algo, de no pasar este tiempo así, queriendo llegar a un lugar que ni conozco ni conoceré, que tonto soy.

Será mejor tomar un baño y dormir para no tener ya más conciencia de esta maldita vacuidad que me llena de odio.

1 comentario:

MLC4 dijo...
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