septiembre 07, 2006

Las horas parecen no avanzar mientras te espero en el pasillo de aquel lugar frío, gris y sin mayor sentimiento que la soledad. No existe nada a mi alrededor que sea capaz de despertar en mi la más mínima pizca de amor hacia la vida, me descubro como autómata sometido a la fatalidad de sus especie, vivir en el estadio biológico y esperar la lenta degradación hasta la muerte. Mis entrañas se encuentran desgarradas por la cruel apatía y la sensación de caer en el tiempo y no poder asirme a una esperanza, tan sólo una.

Las llagas purulentas avanzan cada vez más hacia mi corazón, la razón no ha podido detenerlas, no puedo creer que esto me pase a mí, que tanto martirio me conduzca a un solo camino, a una brecha que nadie desea cursar, mis demonios interiores gritan tras bambalinas y me hacen saber que ni ellos están dispuestos a rendirse así. No es justo, oh ¡ vida, el que me pagues así una atormentada existencia, yo sólo quería sentir en carne propia lo que era vivir, no me dejes tendido desangrando, no mutiles mi fe, no, no te atrevas, no aniquiles a este individuo de por sí muerto en vida…

No hay comentarios.: