febrero 09, 2009

MÁSCARA Vs CABELLERA

Estoy de vuelta. Tras una larga e intensiva lucha conmigo mismo, les tengo noticias, gané. Me impuse de nueva cuenta a mi perversidad y salí avante.

" Igualmente se puede demostrar la eternidad del hombre por la impotencia de la desesperación para destruir al yo, por esa atroz contradicción de la desesperación. Sin eternidad en nosotros mismos, no podríamos desesperar; pero si pudiera destruir al yo, entonces tampoco habría desesperación. Tal es la desesperación, ese mal del yo, la Enfermedad mortal. El desesperado es un enfermo de muerte. Más que en cualquier otro mal, se ataca aquí a la parte más noble del ser; pero el hombre no puede morir por ello. La muerte no es aquí un término interminable del mal, es aquí un término interminable. La muerte misma no puede salvarnos de ese mal, pues aquí el mal con su sufrimiento y... la muerte consisten en no poder morir. Allí se encuentra el estado de desesperación. Y el desesperado podrá esforzase, a no dudar de ello, podrá esforzarse en lograr perder su yo, y esto sobre todo es cierto en la desesperación que se ignora, y en perderlo de tal modo que ni se vean sus trazas: la eternidad, a pesar de todo pondrá a luz la desesperación de su estado y le clavará a su yo: así el suplicio continua siendo siempre no poder desprenderse de sí mismo, y entonces el hombre descubre toda la ilusión que había en su creencia de haberse desprendido de su yo. ¿Y por qué asombrarse de este rigor?, puesto que ese yo, nuestro haber, nuestro ser, es la suprema concesión infinita de la Eternidad al hombre y su garantía. "

(fragmento de: "LA ENFERMEDAD MORTAL")

Vale pues, que Kierkegaard siempre tiene razón. En mis momentos de Desesperación me enfermo de muerte, sin embargo, tras salir de ellos, la cura viene inmersa en el renacer después de cada episodio de Desesperación.

Ahora que si se trata de asuntos del AMOR, siempre tiene una atinada perspectiva, y sigo sosteniendo que este asunto del Eros, fue, es y seguirá siendo lo mismo, lo de hace mil años, es ahora lo actual y lo venidero será en su momento actualidad, sin perder poder y por ende, seguir siendo pauta para “explicar” cuestiones de este tipo.


" Imaginemos a un pajarillo: por ejemplo, una golondrina enamorada de una jovencita. La golondrina podría, por lo tanto, conocer a la muchacha (por ser diferente a todas las demás), pero la joven no podría distinguir a la golondrina entre cien mil. Imaginad su tormento cuando, a su retorno en primavera, ella dijera: Soy yo, y la joven le respondiera: No puedo reconocerte. En efecto, la golondrina carece de individualidad. De ahí se deduce que la individualidad es el presupuesto básico para amar, la diferencia de la distinción. De ahí se deduce también que la mayoría no puede amar de veras, porque la diferencia de sus propias individualidades es demasiado insignificante. Cuanto mayor es la diferencia, mayor es la individualidad, mayores son los caracteres distintivos y mayores los rasgos reconocibles. En este profundo sentido se comprende el significado del hebreo: conocer a su mujer, refiriéndose a la unión matrimonial; pero cobra un sentido más profundo en lo que se refiere al alma, al carácter distintivo de la individualidad. "

(fragmento de: "DIARIO DE UN SEDUCTOR")

Y si por navegar en las ricas honduras de la Desesperación llegasemos a cuestionar nuestras más profundas raices; Kierkegaard nos ofrece una puerta por la cual salir huyendo:

" Si no existiera una conciencia eterna en el hombre, si como fundamento de todas las cosas se encontrase sólo una fuerza salvaje y desenfrenada que retorciéndose en oscuras pasiones generase todo, tanto lo grandioso como lo insignificante, si una abismo sin fondo, imposible de colmar, se ocultase detrás de todo, ¿qué otra cosa podría ser la existencia sino deseperación? Y si así fuera, si no existiera un vínculo sagrado que mantuviera la unión de la humanidad, si las generaciones se sucediesen unas a otras del mismo modo que renueva el bosque sus hojas, si una generación continuase a la otra del mismo modo que de árbol a árbol continúa un pájaro el canto de otro, si las generaciones pasaran por este mundo como las naves pasan por el mar, como el huracán atraviesa el desierto: actos inconscientes y estériles; si un eterno olvido siempre voraz hiciese presa en todo y no existiese un poder capaz de arrancarle el botín, ¡cuán vacía y desconsolada no sería la existencia!. "

(fragmento de: "TEMOR Y TEMBLOR")


1 comentario:

Fabirú dijo...

Que hermoso post.
Ayer que lo leí por primera vez había escrito algo muy extenso sobre el pero por un error blogger no se guardo! y ahora tengo que aceptar que me da un poco de flojera volver a ponerlo jajaja
En fin, hermoso!! me puso a pensar muchisimo,
Maldito! dejate veeeeeeeeeeeeeer!
quieeen te crees?
Pasame tu numero de nuevo, para llamarte cuando ando peda peda, a ver si las ganas de burlarte de mi te hacen ir a verme jajaja
Beso