febrero 27, 2009

CE'LA PEST¡¡¡

Muchas noches he querido retomar mi antiguo estilo al referirme a cuestiones del amor, sentimentales, de mujeres y demás artilugios que tengan que ver con estos temas, sin embargo, caigo siempre en cuenta de algo al quedar impávido, inmóvil y hasta cierto grado petrificado, pues mi mano se niega a deslizarse sobre el papel. Las ideas y consignas rabiosas, enjundiosas que me llevaron a terrenos insospechados de largas prosas arrítmicas, tan llenas de vísceras y sangrantes, cargadas de sentimiento y capaces de arrancar lágrimas de mis ojos al momento de plasmarlas, no quieren hacer presencia, se niegan a mí. Huyen a mi deseo de exorcizar mis demonios internos.

Empiezo a creer que puede haber dos causas, la primera de ellas es que tal vez allá superado al fin el golpe de ese viejo amor que fue y será ya solamente en raras ocasiones una tenue flama en la inmensa obscuridad del camino hacia el final de mis días. La segunda pudiera tratarse de de una falta de interés o como diría Cioran: “Para escribir, hace falta un mínimo de interés por las cosas; es necesario creer aún que las palabras pueden atraparlas o al menos rozarlas; yo ya no tengo ese interés ni esa fe...” dicho sea de paso, si se tratase de la falta de interés, vislumbro entonces a la distancia, una crisis interpersonal de orden Metafísico, o expresado de otra manera, una situación límite está a la puerta.

La falta de sueño por las noches y el exceso del mismo por las mañanas han encendido ya el semáforo en amarillo, necesito, no sé lo qué necesito y comienzo a desesperarme.
“El fondo de la desesperación es la duda sobre uno mismo.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

ese es el problema... estas esperando que pase algo que te permita volver a hablar mal y por ende bien de una mujer...
aun no puedes... no estas listo animicamente...
es lo que deseas???