abril 25, 2012

DOS VECES EN UN DÍA...

Acabo de comer y debo hacer una confesión. 
En lo que va del día he llorado de la nada un par de ocasiones. 
Es curioso pues una persona hace no mucho tiempo me dijo: "necesito una persona de sentimientos fuertes, emocionalmente estable y no débil". 
Que ironías de la vida. Debo admitir que cuando algo o una situación me provocan el llorar, lo hago y no limito mis sentir, reprimirlo sería una muestra de debilidad, debilidad expresada tras un silencio tan burdo y tonto como la vida. Y de manera inherente, si no quiso ser participe de lo que pudo ser algo tan bello y lleno de momentos mágicos, no es diga de mis sentimientos, no es que menosprecie su persona, es más como una especie de pacto que se hace con la persona a quien uno decide amar. No se poner por escrito, es algo que las dos almas captan, interiorizan y aceptan no obstante la condición física. Y así lo demás viene por añadidura. 

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