La verdad es que no siempre me ha gustado desvelarme, sobre todo por la patética sensación y el malestar del día siguiente. Más estos tres días, he estado durmiendo poco, apenas cierro los ojos unas cuantas horas. Temo que me pueda enfermar a causa de eso. No obstante, estas noches han sido algo padre; me han permitido tener tiempo a solas, tiempo para reírme, soñar, sudar, llorar, gritar y demás cosas que hacía cuando era más joven y me permitía más vida que preocupaciones y/o ocupaciones.
Una de las cuestiones en las que me ha permitido meterle un poco de sesos, es en la cuestión del amor. Ja!, suena trillado y cursi. Tuve chance de reflexionar en los casi cinco años de relación que llevo con Claus; todos los momentos, las aventuras y demás peripecias que hemos sorteado juntos.
Al principio era algo raro; temeroso recorría los pasillos de aquella escuela, sintiendo miedo de mostrar tal cual era lo que sentía, después las dudas, todas ellas cimentadas en nada.
Claus ha estado conmigo en las buenas y en las malas, desde aquellos días de locura desenfrenada, donde todo me valía madres y acababa poco a poco conmigo mismo aunque yo no lo aceptara, aún así me apoyo y aguantó vara.
Luego vino la etapa de limpieza, ardua, cruda, álgida, llena de tantas sensaciones que por poco tomo la decisión de partir. Ahora vivo libre de catalizadores, liberado al fin, con fantasmas del pasado que de ves en ves tratan de domar al corcel y abrir una vez más la cloaca.
Ella sin lugar a dudas es y será una persona que ha marcado mi existencia, ha plasmado ya su nombre en los muros tras bambalinas.
Por eso y muchas tantas cosas, te agradezco estar conmigo, aunque hagas berrinches…
TE AMO
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