julio 28, 2008

FIN DE SEMANA

Muy bien, estoy con un poco de tiempo y me puedo dar a la tarea de escribir algo acerca de estos días.

Toda la semana pasada estuve muy pero muy ocupado, lleno de muchas cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas. Mucho trabajo. El fin de semana estuvo pasable. El sábado por la mañana la chamba; reunión administrativa, medio de güeba. Ya a la hora de la comida me fui a echar un baño y en compañía de Claus nos dirigimos a recoger a los demás para ir a Armería, en donde tendríamos brigada. La carretera mojada, la lluvia incesante, visibilidad nula y adrenalina al cien. El camino estaba muy feo y pues al fin llegamos a Tecoman, la lluvia ceso y el viaje fue un atardecer esplendoroso. Al llegar a Armería seguimos de largo hasta la comunidad de Los Reyes. Ya en la casa de usos múltiples nos esperaban los chavos de allá. Iniciamos la labor y después de un poco de trabajo vino un buen futbol. La pura diversión. La despedida y el regreso. Al llegar a Colima me dispuse a dejar a mis compañeros, Jony, Héctor, César y July.

De ahí partí con rumbo a una tienda de autoservicio en compañía de Claus por harina y otras cosas para el cumpleaños de la Tía Cris. Acto seguido dejé a Claus en casa y me comuniqué con Neri para ponernos de acuerdo para la tocada de THE TRUE MALICIUS que sería en unos cuantos minutos en el antiguo Table Dance La Academia.

La tocada. Primero algunas bandas chaquetas locales, después la banda donde toca y grita la Mariana, poca madre, acto seguido los güeyes de Puerto Vallarta, se la sacaron y no nomás para miar. Ahora tocó el turno de True Malicius. Poca madre, el Asustín y sus secuaces imprimieron a la noche un poder y obscuro Black muy bien interpretado.

Quedé muy contento y me pude desahogar de muchas cosas. Y lo mejor de todo. Conviví con viejos compas.

Ya el domingo me levanté harto tarde y me fui a la comida de Pablo, la cual tendría lugar en el rancho de Don Mario Acevedo. Hermoso lugar. La comida deliciosa, carne asada y pues nada más eso porque nada más tuvo lugar, en fin, así es esto pues. De ahí me fui a casa de Claus y nos dirigimos a El Chical, río que está cerca del lugar donde vive. Ahí el atardecer estaba cargado de una atmosfera mágica, como me gusta ir a ese lugar, está muy bien. Puedes observar un rico atardecer y el sonido del agua corriendo son una experiencia única.

Hoy estoy metido en la oficina, un tanto awebonado y sin muchos deberes. Queriendo desayunar.

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