noviembre 28, 2010

SÍ, ODIO ESTE SENTIMIENTO !!!

How does it make you feel?

Suena una canción en mis audífonos, lanza la pregunta. Sin respuesta tal vez.

-¿O será que sí la tiene?-

A veces pienso, bueno, en estos últimos días pienso demasiado en este asunto de saber, de aclarar ciertos aspectos que parecen tan abstractos. De cierto modo los acontecimientos se suceden unos a otros de manera misteriosa. La carne se exalta cada vez más. Irascible corro tratando de alejarme de aquellas cosas que no valen la pena.

-¿O será que sí la vale?-

Muchas veces recurro a alguien más para consultar y esbozar de mejor manera el panorama, para tratar de encontrar un mejor camino. Suele tener resultados positivos, más esta vez no lo he logrado, no puedo dejar de pensar en lo que puede llegar a ser, en lo que se pude dejar atrás y como dice la canción: “…a veces quisiera dejarlo todo y reconstruirlo…” sin embargo no sé si tendré el valor. Es como estar encerrado y se quisiera escapar; el deseo de liberarse es lo que motiva. No obstante el miedo a no saber lo que puede estar ahí, fuera de la seguridad del encierro es lo que sigue sujetando las cadenas. Ese aparejo es difícil, quizá el más duro de romper.

No quiero pensar así, sería tal vez que algún día pudiese salir y ver más allá del horizonte tenue que se asoma a diario por mi ventana en los dulces tonos naranjas de los miles de atardeceres que he pasado aquí.

A veces al mirar por la ventana miro a los niños correr a rienda suelta por la calle, ignoran lo que está más allá de la seguridad de la inocencia, más allá de no ver mas que un cuerpo animado por ese alguien a quien llaman amigo. Sin embargo para los que fuimos tocados por el demonio al que se refiere Nietzsche, aquel que nos cuenta en secreto y al oído que esta vida es y será un bucle infinito con sucesión de hechos, alegrías y dolores, no podemos esperar más que el final para recomenzar una vez más. Y no podemos sólo ver el cuerpo animado, sino que vemos en esa carcasa algo que nos motiva a ir tras de sí y encontrar en su forma algo que nos llama la atención y cocemos nuestros parpados a sus ropajes. Nuestra nariz sucumbe ante su aroma, nuestros sentidos colapsan confundidos, idiotizados como si se tratase del efecto de alguna droga de diseño o de un cruel veneno viperino.

Bajo esta condición somos capaces de romper ataduras y ser HUMANOS o sencillamente podemos ser lo peor y convertirnos en los más temibles desechos de nuestras propias ideas.

Y bien sabemos cuando las cosas…

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