Ayer lunes en la noche saliendo de la oficina me dirigí a Coquimatlán, municipio de Colima, para esperar la peregrinación más grande del estado. Muchas pero muchas cosas que ver, malditas mujeres, en ocasiones suelen ser como una jeringa atestada de la mejor heroína que pueda existir; ardientes, fogosas, impetuosas, desbordadas, tan gratificantes que resulta bastante fácil habituarse a ellas para nunca más dejarlas.
Después de observar el espectáculo de los juegos pirotécnicos, nos dispusimos escuchar al grupo “Sociedad Anónima”; que vocalista tan más hermosa. Ya bien entrada la madrugada tuve que buscar abrigo y por ende asilo, así que al encontrarlo intenté dormir sin lograrlo, situación por la que hoy estoy totalmente idiotizado como zombi de Sahuayo.
A eso se debe mi mala vibra el día de hoy, así que será mejor partir, pues la cama comienza a coquetearme y no pienso dejar escapar dicha oportunidad.
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