“…ya comienza a sentirse un cambio del aura…”
“…un día me dijo: -tengo algo que decirte- y yo pregunté: -¿me hará más feliz o menos feliz? y respondió: -menos feliz- entonces sólo dije que no quería saberlo…”
Muchos días sin escribir, muchas palabras se dijeron, muchos sueños se esfumaron pero otros se forjaron y con ellos vinieron nuevos horizontes plenos, llenos de tantas cosas que a veces no creo que sean ciertas. Los caminos que se avanzan día con día no siempre resultan ser los más adecuados pero siempre es bueno recordar que “la existencia es imperfección” y que por más que lo deseemos siempre habrá que hacerse a la idea de que nunca tendremos lo que queremos y nunca las cosas serán como lo deseamos. En fin.
Narrando un poco los hechos pasados me doy cuenta de las cosas que pasan y que tal vez es mejor que pasaran de tal o cual manera y a veces es bueno separarse de otras cosas que por alguna razón cierran su ciclo. He decidido alejarme un poco de la actividad a la que hasta ahora le dediqué tantas horas y tantas ilusiones. Tanto esfuerzo me deja un puñado de “sabrosas” experiencias pues conocí mucha gente; supe lo que era estar en contacto con la gente compartiendo el anhelo del Bien Común y los mecanismos que hay que seguir para llegar a él y mantenerse vigente.
Veo con óptica singular los procesos en los que participé y que logré grandes cosas, entendí que las cosas son así y que desgraciadamente el dinero y las falsas promesas pueden más que la buena voluntad de las personas y que, después de todo algunos sacrificios bien valen la pena porque se lleva en las entrañas la firme convicción de un mañana mejor, aunque ese mañana parezca cada vez más distante y los obstáculos para llegar a él sean literalmente infranqueables y debo agregar que qué lejos estamos de aquella Doctrina de la que me enamoré y juré defender a cabalidad contra viento y marea. Con gran satisfacción entrego las armas a los compañeros que codo a codo y hombro a hombro lucharon conmigo y que en palabras del Maquio los definiría como lideres pues “líder es el que trabaja más, el que se talla más” y ante la inminente contaminación de lo que nos da identidad no queda más que atrincherarse, reagrupar y esperar a que el clima sea más prospero y favorable.
También soy testigo del celo más horrendo que pueda existir en la condición humana y es aquel que se le tiene a una persona que trabaja, que lucha y que cumple a cabalidad con la enmienda del Bien Común. Es de temer que entre nosotros exista gente así, que se niegue a trabajar y no deje trabajar sólo porque su sentimiento de inferioridad y su celo político no le deja ver más allá de su miseria y de su propia mierda que al parecer no ha brotado de sus esfínteres sino más bien pareciera brotarle del cerebro pues es tanta que ya no le cabe en el cerebro.
Otra de las cosas que por demás me da tristeza es la falta de dirección, la falta de un rumbo fijo, seguro para el caso. Pues el destino de una Institución no debe reposar en intereses propios ni de grupos, por el contrario debe reposar en las personas, respetando así la Dignidad Humana y salva guardando la integridad de una Nación que lo pide a gritos.
De continuar así no veo más futuro más que el del regreso a las viejas prácticas que al parecer ya se dan en casa…
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