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Qué se hace cuando todas las puertas parecen haberse cerrado, qué decir cuando todos a tu alrededor son sordos, qué mirar cuando los cuervos arrancaron tus cristales, qué morder cuando tu carne ya no está más conmigo.

Qué sentir cuando la vida es un profundo pozo húmedo lleno de hastío. Lejana comarca la de la razón; las palabras danzan, burlescas de mis sensibles entrañas.

Lleno de ira corro tras tu sombra corrompida por la apatía, te tiro cuerdas para atraparte. Tus pies son tan livianos y tu ser ya no me pertenece, huyes, te escondes tras de cualquier objeto que pueda detenerme.

Al final del día caigo rendido y suplico por un poco de paz al comprender que ya no volverás…