agosto 23, 2005

Doxa...

Estos últimos días han estado cargados de un sentimiento muy raro, pero según yo, no hay motivo para esta sensación, sin embargo esta presente.


No hablemos de cosas tristes, mejor hablemos un poco de lo acontecido en días recientes.


Para comenzar creo que es necesario abordar el tema de la escuela, pues ya muchos de nosotros regresamos a ella, otros con ganas, otros sin ellas pero todos compartimos algo y eso es la sensación de ser o estar en algo nuevo. En mí caso puedo decir que no es tan duro el ingreso a la escuela porque ya estaba antes ahí, en la facultad.


Sin embargo para los demás compañeros creo que resulta un poco raro y desconcertante pues el área de estudios es poco común y un poco rara. Pero no hay que temer a esta escuela ni a sus profesores ni directivos, a lo que en verdad hay que tenerle un poco de (no quiero decir miedo), consideración es a lo que el estudio de la Filosofía puede llevarnos puesto que es uno de los estudios más satisfactorios y a la vez desconcertantes que pueden existir en todo el saber humano. En primer orden obtenemos una serie de respuestas a muchas cosas que de pronto nos llegamos a cuestionar y que al menos una vez en nuestra fatal existencia nos angustian y llenan de un hambre de sapiencia; por otro lado se encuentran las cosas que (no les quiero llamar malas), nos agobian, tal es el caso de los filósofos mas “densos” por llamarlos de alguna manera.


No obstante el estudio de estos personajes requiere de un criterio muy pero muy amplio y de una gama de razonamiento y de una excelente capacidad para relacionar las cosas.


También creo que una disposición positiva hacia el saber filosófico es absolutamente necesaria para poder desarrollar el intelecto y las capacidades necesarias. Otra de las cosas que creo se necesitan, es la curiosidad, si, esa que hace que los niños se hagan un verdadero fastidio para los mayores (no digo que seamos niños de nuevo), pero creo que se necesita solamente su capacidad de asombro ante nuestro entorno (al decir entorno me refiero a todo, desde lo material hasta lo ideal).


Si a todo esto le agregamos una pizca de abstracción creo que llegaremos a ser buenos filósofos.


Ahora bien, hay una pregunta que a menudo sale a relucir en las pláticas con los amigos y demás conocidos. ¿El filósofo nace o se hace? mmmm, pues es un tanto ruda la pregunta… creo que eso es tema de otra platicada…

1 comentario:

MATUTERO SORIANO dijo...

gracias por las notas...