noviembre 26, 2009

¡¡¡ EXTRA EXTRA !!!

Como si ya fuera costumbre, mi vida se ha tornado en un extravagante carnaval de dificultades existenciales y técnicas un poco fuera de lo común. Desde enfermedades, problemas legales, deudas, culpas morales (bueno…), poco sexo, poco dinero, falto de actividad económica remunerada, poca salud, dolor, aflicciones y demás horrores de la vida cotidiana, me doy cuenta que mi vida en este momento vale para pura madre y si no me he suicidado es por la gracia enorme de Dios, bueno, aunque creo que no, puesto que el me ha dado los medios y yo simplemente no lo he hecho. Sí, ya sé que muchos o la mayoría de ustedes se me van a preguntar cómo es que cuestiono esto, pero sinceramente tengo mi propio argumento con el cual siempre he defendido el hecho de que carecemos de libre albedrio, así mismo de libertad. No quisiera ahondar en el tema pero me vale madres y como es mi blog, se chingan.

No tenemos libre albedrio porque todos emanamos de una misma fuente y todos regresaremos a ella, ahora me dirán que la manera de retornar a la fuente es lo que nos distingue, y eso indudablemente tiene que ver son las decisiones que tomamos a diario y estas a su vez, construyen la manera de retornar. Pero tengan en cuenta de que lo que en verdad creemos que es nuestra decisión, es mera pantalla, sólo araña en grado minúsculo la idea de “libre albedrio”, pues no se lleva a la práctica en su totalidad porque no tenemos poder de elección sobre el regreso a la fuente, mucho menos el poder elegir emanar o no de la fuente. Con lo cual vemos coartada desde un principio la decisión fundamental, que es la que nos trae a este nuestro mundo de confianza.

El Concepto de “libre albedrio” sólo es un reflejo, del “LIBRE ALBEDRIO”, sí, con mayúsculas, que en este caso, representarlo con mayúsculas significa que es el acto mismo de elegir. Más sin embargo, el representarlo con minúsculas, nos habla de desear realizar el “libre albedrio”, de querer poder elegir, es mera potencia no realizada. Lo mismo sucede con la libertad. Que llegado el momento, “libertad” con minúsculas, es otra vez, el mero deseo de llegar a completar el ideal, desear ser libres, más sin embrago, “LIBERTAD” con mayúsculas, queda reservada como el ideal, el acto mismo de ser libre. Ahora todos o la mayoría dirán que son libres y que viven en un país libre. Primero aclaremos que un país libre se queda sólo en el intento. Pues nunca llegaremos a verlo. Porque la libertad no existe. Recuerden que sólo la fuente “puede” poseer LIBRE ALBEDRIO Y LIBERTAD como tales, nosotros sólo experimentamos meras aproximaciones.

Un caso concreto de la inexistencia de la “libertad” es el de la muerte; primero somos arrojados a este nuestro mundo de confianza sin poder tener la libertad de poder elegir si queremos venir o no. Después, en cuanto nacemos, comenzamos la carrera hacia la muerte, porque para los que no sepan o no se hayan dado cuenta; con cada día que vivimos, nos aproximamos más a nuestra muerte, que es el destino de todo cuanto vive. ¿Acaso eso es “libertad”? si ya nos encontramos atados, desde nuestro nacimiento a la muerte.

Hay serios argumentos Ontológicos y Teológicos que se pueden usar en mi contra y el sentido común también, sin embargo, es mi apreciación personal y está abierta a cambio.

Se nota que no tenía qué hacer y en verdad que necesitaba distraer mi mente de mi actual situación, por lo que recurro a escribir y dejar fluir a mis demonios.

Por cierto, mi salud no ha mejorado, no fueron las costillas, no fue un condroma, no fue neumonía, no fue tifoidea, y los médicos no saben lo qué es, así es que estoy, temporalmente jodido…

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