Qué puedo decir acerca de mi repentina ausencia.
En realidad no creo poder hablar gran cosa sobre mi ausentismo de éste su “espacio de confianza”, considero que es justo y necesario decir que el trabajo me absorbe demasiado, las múltiples labores en la oficina se tornan cada vez más demandantes y con el asunto de la campaña por la Gubernatura, las Alcaldías, Diputaciones y todo lo elegible, es sumamente irritante y succiona el poco tiempo que tengo para poder tirar barra.
En cuanto a mi qué hacer filosófico, está un poco rezagado, no he tenido nada de tiempo para poder leer y mucho menos para verter mis ideas en papel o en la maquina.
Sólo tengo tiempo para poder releer entre líneas a Cioran y en raras ocasiones a Unamuno, pues considero el recurrir a él en un verdadero momento de crisis existencial.
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