Días que no volverán… bailes que no se repetirán, canciones que no sonarán, anhelos por montones, sueños con pasiones. Hace ya tres años que un 31 de Enero desperté estrepitosamente.
“-Mauricio, Mauricio, despierta, no te vayas a espantar, tranquilo, se mató Armando-“
Imágenes, sonidos, sabores, sensaciones al unísono danzaban frente a mis ojos, tras bambalinas no lograba hilar la más mínima idea. La noticia fue como un golpe directo. No podía creerlo, la incredulidad me hacía presa y no podía más que sorprenderme y no dar cabida a la tan trágica noticia.
Lagrimas, suspiros, abrazos, pensamientos… zozobra. El tiempo y el traslado a Guadalajara. Al fin regresas. La ceremonia y el amargo y agrio ritual de depositar los granos de carbón que sustentan una vida no son suficientes para mostrar al mundo lo que eres y en cuanto te dejen ahí para siempre, serás.
Descansa en paz compañero, hermano de mil y un batallas innombrables.
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