No me puedo quejar…
Desde que decidí sumergirme en las aguas de
En ocasiones llego a pensar que quienes conviven conmigo o mejor dicho, sobreviven conmigo, se encuentran hartos de tanta palabrería e ideología mía; ¡paciencia os pido¡ es sólo, como diría Aute, “es que este mundo no lo entiendo” y eso es precisamente lo que he tratado de gritar a pulmón abierto todos estos años, quisiera contener dentro de mi limitada entidad al mundo entero, la realidad sería entonces comprendida más no expropiada ni tampoco siento que llegaría a sentirme Dios por conocer el absoluto de la realidad, no podría serlo, necesitaría no tener tal limitación.
En cierto momento he llegado a la conclusión de que no debo sentirme así por las cosas que he vivido o dejado pasar de largo, simplemente encojo los hombros, me ensimismo y tomo una actitud reflexiva, no me queda más. No trato aquí de justificar mi aparente conformidad ante la vida, sino más que nada es una autocrítica dura y certera de mis atroces fatalidades y mis actos incoherentes. No es más que la suma de las situaciones necesarias para la realización del “proyecto” llamado humanidad; éste depende en su totalidad de esos cuestionamientos, de las reflexiones en torno a las situaciones vividas, es ahí donde se da la experimentación como especie, donde supuestamente deberíamos estar ensayando los “métodos” que a final de cuentas nos han de conducir hacia un avance como “proyecto”.
Creo que me ha sucedido lo de siempre, quienes me conocen y tienen la amabilidad de perder un poco de su valioso tiempo escuchándome, sabrán que siempre comienzo hablando de algo y termino hablando de otra cosa que si bien al principio no parece tener relación con lo primero, siempre está ligado al asunto. Este es el caso, comencé hablando de
Yo sabía muy en el fondo aunque tal vez de una manera irracional, que por ahí andaban las respuestas a estas tan angustiantes cuestiones. El primer acercamiento a ella fue por medio de un maestro de Español, quien me recomendó leer algo de Filosofía, Platón y algo de Aristóteles, encontrando en ellos un poco de las múltiples respuestas, pero más que eso, fue sabes que no sólo estaban las respuestas de ciencia, sino que por otro lado se encontraba todo un abanico de posibilidades a partir de
Es mucho lo que he descubierto desde esta perspectiva, pero más que descubrir he llegado a esas situaciones por azares del destino. Creo que me he extendido bastante y como es de esperarse, no he terminado de expresar ni una tercera parte de lo que quería decir, así que tomaré esto como una primera parte de una serie de escritos en los que me daré a la tarea de tratar de explicar un suceso muy importante que ha tenido lugar en estos días. Esto es una despedida temporal…
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