Un fin de semana muy distinto a los demás. El sábado por la tarde jugamos contra búhos del Campo Verde. No imaginaba ni por mucho lo que sucedería a continuación. El partido comenzó un poco tarde, los árbitros: René Saldaña, el piraña y compañía, los mismos de siempre. Culeros, ojetes, hijos de la chingada, favorititas y demás adjetivos que se puedan utilizar para tal circunstancia. El primer y segundo cuarto salió todo muy bien, los nervios nos hicieron cometer algunos errores, no obstante, en el tercer y cuarto cuarto, los árbitros fueron pieza clave, pues al marcar a favor de búhos, echaron a perder todo el trabajo detrás de mi equipo. En fin, así es esto del abarrote, a veces se vende y a veces no.
Después del partido me fui caminando con rumbo desconocido, la frustración me hizo presa y en verdad que quería romper algunas cabezas para desahogar furias pasadas. Sin embargo, no me fui solo, fueron por mí y elegimos caminar por
Al siguiente día, hoy domingo, desde las dos de la tarde nos fuimos a comer a
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