Sucede que me encuentro un poco desfasado y aturdido por los acontecimientos de las últimas 24 horas.
La mala fortuna de que esa persona tan especial para mi se encuentre muy enferma y no poder hacer nada me frustra y me llena de algo que me es muy familiar, la impotencia. Por otra parte, en la noche tuve que asistir a un velorio. No tengo nada en contra de ir, lo que si me llena de sentimientos encontrados es la causa de la muerte de la persona. Suicidio.
Mientras como con gusto mi sopa humeante de fideos reflexiono en torno a lo que sentí y pensé mientras iba en camino hacia el velorio. Una vez llegando me percaté que había mucha gente, señoras, niños y mucha gente joven. Se podía respirar la tensión y la vibra densa. Una sola pregunta intoxicaba el aire: ¿por qué?
Poco saben cómo estuvo el asunto, sin embargo la gran mayoría especulaba acerca de la situación. Al poco rato de estar ahí, comenzó el rosario, me causó gran admiración y a la vez me mofaba mientras me sentía mal por ellos. Por más que le rezaran él no podría entrar al cielo, quedaría bastardo por el resto de la eternidad. Tontos. Repetía una y otra vez.
Por fin nos retiramos del lugar después de volver a dar el pésame a los familiares y cercanos.
No me queda más que dejar que pase el tiempo, sólo el tiempo dirá lo que viene a continuación…
Salve amici